domingo, 24 de febrero de 2013

Urbanización

En la parte alta del acantilado podemos encontrar varias urbanizaciones.
Tenemos unos miradores muy visitados desde donde se puede ver perfectamente la playa y el mar.



Escaleras que dan al mirador


 Mirador

También podemos encontrar una torre muy conocida; La Torre Bermeja.
Esta torre-vigía junto con otras más se levantaron para defender los núcleos urbanos de los ataques piratas y de otras invasiones marítimas .La importancia de estas torres estibaba en los avisos que se enviaban entre torre y torre cuando se acercaban los piratas a la costa.El sistema era sencillo: se encendían hogueras en la parte superior de la atalaya, con mucho humo por el día y mucha llama si era de noche.



Con el paso del tiempo estas torres se quedaron en desuso convirtiéndose en testigos mudos de un pasado lleno de sobresaltos.


¡Ojo!


El retroceso del acantilado puede ser en ocasiones peligroso, por eso encontramos en él advertencias como la de la imagen para evitar problemas.
En el margen encontrarás algunas noticias de hace varios años respecto a este hecho.

martes, 19 de febrero de 2013

Fauna


La existencia de fauna en este ecosistema está condicionado por las mareas, la fuerza de las olas y el viento. Algunas especies, para hacer resistencia a estos factores, se comportan como una lapa. Otras, se encuentran enterradas en la arena. 
La parte baja del acantilado está formada por arenas calcáreas y restos de organismos fósiles marinos, (fundamentalmente lamelibranquios: Cardium, Pecten, Ostrea) muy clastificados, unidos por cemento calcáreo y areniscas conglomeráticas calcáreas bioclásticas (roca ostionera).






Desde lo alto del acantilado podemos ver las trazas de los estratos en la plataforma de abrasión,
y aprovechar también la ocasión para observar los numerosos invertebrados marinos que encuentran refugio en estas rocas y otra gran cantidad de fauna menuda.













Gaviota











Cangrejo

Flora

Las duras condiciones existentes en este ecosistema, hacen de él un medio poco acogedor para las plantas, por tanto, las especies que viven en estas condiciones son muy selectivas y presentan adaptaciones fisiológicas. El viento supone en la mayoría de los casos el factor limitante de las comunidades biológicas del acantilado. Este, además de repercutir por su acción mecánica, también es dañino porque transporta partículas de arena y salinas, lo cual seca las plantas. Mientras en las partes bajas del acantilado el álito marino resulta el factor dominante de la vegetación, en zonas más elevadas, entran en juego otros factores como los geomorfológicos y litológicos: humedad, pH, nutrientes, etc.
Las especies vegetales de los acantilados se ven obligadas a adaptarse a la desecación y salinidad, por lo que presentan similitudes con las de las marismas.
Respecto a la salinidad, como adaptación, las plantas poseen un medio más salado (hipertónico) que el exterior. Así mediante el proceso osmótico las plantas incorporan el agua y nunca la pierden.
Para el viento, han adquirido cierta flexibilidad.
Como ejemplo de las pocas que consiguen vivir en estas condiciones encontramos el pino piñonero (Pinus pinea). 


Pinus Pinea

Flora del acantilado