martes, 19 de febrero de 2013

Flora

Las duras condiciones existentes en este ecosistema, hacen de él un medio poco acogedor para las plantas, por tanto, las especies que viven en estas condiciones son muy selectivas y presentan adaptaciones fisiológicas. El viento supone en la mayoría de los casos el factor limitante de las comunidades biológicas del acantilado. Este, además de repercutir por su acción mecánica, también es dañino porque transporta partículas de arena y salinas, lo cual seca las plantas. Mientras en las partes bajas del acantilado el álito marino resulta el factor dominante de la vegetación, en zonas más elevadas, entran en juego otros factores como los geomorfológicos y litológicos: humedad, pH, nutrientes, etc.
Las especies vegetales de los acantilados se ven obligadas a adaptarse a la desecación y salinidad, por lo que presentan similitudes con las de las marismas.
Respecto a la salinidad, como adaptación, las plantas poseen un medio más salado (hipertónico) que el exterior. Así mediante el proceso osmótico las plantas incorporan el agua y nunca la pierden.
Para el viento, han adquirido cierta flexibilidad.
Como ejemplo de las pocas que consiguen vivir en estas condiciones encontramos el pino piñonero (Pinus pinea). 


Pinus Pinea

Flora del acantilado

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